Página de Carlos de Benito
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Algo sobre mi.. conjunta persona
En la lectura de algunas partidas
recogidas en los Libros Sacramentales, al referirse al esposo, o la esposa de
alguien, no es extraño encontrase la acepción de “conjunta
persona” cuando el escribiente se refiere a una respecto de otra,
y haciendo referencia a su matrimonio canónico.
Por eso se me ha ocurrido hacer la referencia anterior.
En cualquier caso, es la verdad que Victoria aceptó casarse conmigo,
en el mes de enero o febrero del año de 1974, y celebramos el enlace
el día 3 de Julio de 1976 en el Santuario
de Nuestra Señora del Henar en la localidad de Cuellar (Segovia).
Por tanto llevamos casados treinta y tantos años… y aquí
estamos.
Toya – así la llamamos en la familia - nació en Castroverde
de Cerrato el día primero de Octubre de 1952, y tras pasar los primeros
años de su vida en el seno de su familia, a la temprana edad de once
años, sus padres decidieron que viniese a Madrid a avanzar en sus estudios.
Aquella decisión paterna posibilitó que ella cursara sus estudios
elementales hasta el Magisterio con la institución Salesiana, en la que
después trabajó, hasta que en un lapsus laborar ella decidió
seguirme a Valladolid, ciudad a la que yo fui destinado por mi empresa durante
dos años.
Al regreso de la familia a Madrid, ella se vio sin trabajo durante algunos meses
hasta que en 1992, pudo retomar su carrera, que no ha abandonado hasta la fecha.
La perdida de nuestra hija en la primavera de 1993 (21 de abril) ha marcado
tan profunda y trágicamente nuestras vidas que es imposible separar cada
segundo vivido después, de aquel instante pasado. Aquel día, aquellas
horas, son como un pertinaz epicentro sísmico que sigue enviando sus
andanadas compuestas de recuerdos.
A ella, el contacto diario con sus alumnas la permite renacer cada día,
es feliz en la práctica de su trabajo diario, y si bien a alguien le
pudiera parecer que el Magisterio es una labor rutinaria, mi experiencia con
ella, y en ese sentido, es bien distinta. Toya sigue creciendo como ser humano
cada día gracias a su profesión.
Como esposa – mi conjunta persona - no debo decir nada más, que
siempre ha sido báculo para el camino, agua fresca de beber, y compañera
con que compartir.
Estas son algunas imagenes que tengo de élla..
Me gustaría recibir sugerencias, sobre lo que se puede mejorar
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